Aquí te va mi colaboración con el programa de Sonia Serrano, en NTR Guadalajara. Nótese que es del 11 de marzo de 2025, cuando las bolsas de valores de Estados Unidos estaban cayendo, decepcionadas por Trump.
Cuando no encuentras explicaciones fáciles, te da por el pensamiento mágico.
La magia viene cuando no entiendes muy bien la causa de algo y te pones a inventarla.
En este tiempo tan revuelto, muchos estamos tentados a pensar mágicamente.
Como hay más niños vacunados y más niños con diagnóstico de autismo, a alguien se le ocurre que el autismo es culpa de las vacunas. (No es)
Como alguien se pone a bailar con cascabeles y llueve, te crees que ya inventaron la danza de la lluvia.
En Estados Unidos, el presidente está jugando feliz como aprendiz de brujo con los aranceles, o sea los impuestos a las importaciones.
Quién sabe quién le dijo que eran muy eficaces y entonces está muy contento apretando el botoncito. Pongo aranceles, los quito, pongo aranceles, los quito.
Se supone que tiene un proyecto económico, y que ese proyecto debería beneficiar a los mismos estadounidenses.
Dentro de ese proyecto también están recortes al gasto del gobierno, despidos de funcionarios públicos y apoyos al sector petrolero.
Las bolsas de valores de Estados Unidos están vueltas locas. Con los aranceles, Trump va a hacer que todo sea más caro, lo que puede llevar a la temida estanflación: estancamiento con inflación. La idea de Trump es obligar a las empresas a dejar de importar cosas y volver a producirlas en Estados Unidos. Por ejemplo, que en lugar de producir autos en Ramos Arizpe o en Silao, regresen todo el proceso a Detroit.

De pronto, los grandes inversionistas se están dando cuenta de que las acciones de las empresas de Estados Unidos ya no son las mejores para invertir, así que las inversiones están huyendo a países con mejores perspectivas, como Alemania, Japón y China.
Pregúntame a mí, que se me ocurrió comprar acciones de diferentes empresas de Estados Unidos, porque pues ese país es la locomotora del crecimiento económico.
Como Trump dijo que va a privilegiar el petróleo y a recortar los apoyos a las fuentes renovables de energía, están cayendo las acciones de los productores e instaladores de paneles solares. Ahí van para abajo mis acciones en First Solar Energy y SunRun.
Como amenaza con ponerle impuestos a las importaciones de coches de México, van para abajo las acciones de General Motors, Ford y Stellantis (la que hace Fiat y Chrysler).
Como no se sabe qué va a pasar con la economía caen las acciones de todo, desde Caterpillar, que produce máquinas para minería y construcción, hasta Walmart, que vende comida, ropa y herramientas, desde Moderna, que hace medicinas, hasta Citibank y Nvidia.
Lo único que sube en mi portafolio de inversión es el precio de las acciones de McDonald’s.
Oiga presidente Trump, pero lo que está haciendo. ¿No podría causar una recesión, o sea que la economía deje de crecer cuando menos dos trimestres seguidos? Nunca se sabe, contestó Trump, pero tal vez haya algo de sufrimiento en el corto plazo, no se preocupen que todo va a ir mejor.
El pensamiento mágico de Trump es que van a regresar los años 70 del siglo pasado a Estados Unidos, y que esta vez serán buenos, no como los originales, con coches, aparatos de televisión y pantalones acampanados tan feos.

Por cierto, la caída en los precios de las acciones de Estados Unidos no es completamente culpa de Trump. Ya desde antes de que él llegara se hablaba de que algunas acciones estaban muy caras y que no podían crecer para siempre. Ya hay voces que están diciendo que las empresas relacionadas con inteligencia artificial podrían estar sobrevaloradas (incluido yo).
Cuando Trump resultó electo subieron un montón los precios de las empresas, porque muchos confiaban en que por lo menos no iba a descarrilar la economía y sí iba a controlar la inflación. Eso también era pensamiento mágico y ya llegó el momento de decepcionarse.
Y el pensamiento mágico de este lado de la frontera es que Trump es súperpoderoso. Y que si a la economía de México le va mal será culpa de él y de sus aranceles, no de nuestra falta de ideas, de inversión y de producción de energía y de nuestro exceso de gasto en ocurrencias.
Pero si se trata de pensamiento mágico, tenemos un ejemplo excepcional: Que si Trump no aplica los aranceles es un logro del pueblo de México, según dijo la presidenta. O sea que gracias a que cenamos tlayudas con chapulines, nos ponemos bigotes en septiembre y vamos al Zócalo, nos libramos de los aranceles.
Como no nos libraremos para siempre, siempre tendremos a Trump para echarle la culpa. Es la magia de Trump contra la magia del pueblo mexicano.
La ventaja del pensamiento mágico es que es fácil de comunicar. La desventaja es que nos hace creer ciegamente en los magos, que en este caso son los líderes políticos.
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