Si tienes calor, la respuesta corta es: te falta un árbol.
Huy, pero de aquí a que crece y cuánta agua va a necesitar y luego tengo que barrer las hojas de la banqueta.
Si ya vas a empezar con todos esos pretextos, me imagino que eres de esos que buscan su casa en los suburbios, en el caso de Guadalajara invadiendo y tumbando el bosque, se suben a su camioneta con aire acondicionado y sustituyen todos los árboles con palmeras y pasto, que no dan sombra, pero que según tú se ven muy arregladitos desde la ventana de tu sala (que también tiene aire acondicionado).
Si aguantaste todo mi resentimiento y sigues aquí, te cuento que me encontré a un grupo de chavos que buscan restituir las plantas nativas en Guadalajara.
Es una organización que se llama Plantas de aquí. Investigan cuál es la flora local, encuentran la manera de reproducirla y la llevan a la ciudad y a los terrenos donde deberían estar.
La gran ventaja de poner árboles y otras plantas locales es que:
No necesitan tanta agua como las plantas que se traen de fuera.
Se relacionan bien con otras plantas y otros bichos locales.
Resisten mejor el clima local.
Si se restablece la variedad, hay menos riesgo de que una enfermedad ataque a todos los árboles.
El problema es que desde hace rato, nos da por traer árboles que crecen rápido o que se ven bonitos en otros lados, pero que no son de aquí. Y todo el mundo, empezando por el gobierno, planta árboles de la misma especie y eso los hace más vulnerables frente a enfermedades.

¿Te enteraste de todas las palmeras que se murieron en la CDMX porque las atacó un bicho? Les fue como a los marcianos de La guerra de los mundos de H.G. Wells. ¿No sabías en qué terminaba? Ash, otra vez el spóiler, pero no me salgas con que no sabías que a los marcianos les pegó un bicho. Pues has de cuenta, eso puede pasar si seguimos sin pensar bien qué árboles plantamos.
Platiqué con Dante Figueroa, uno de los cuatro chavos que inició Plantas de aquí, que me contó cuáles árboles y plantas deberíamos promover en la ciudad a partir de ya. Si no vives en Guadalajara, de todos modos escúchalo porque te vas a inspirar.
Antes de la plática, fui con ellos a un recorrido por Ixcatán, en la bonita barranca cerca de la ciudad. ¡Qué calor! Pero mira qué bonita vegetación.
A escuchar.
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