Ahí vas otra vez, a cumplirle sus caprichos. Que no vayas con tus amigos y te quedes a masajearle los pies, que suspendas tu cena porque tienes que arreglarle la suscripción a internet… Y luego cuando te defiendes, te dice que tú tienes la culpa.
Eso de que te revuelvan toda la versión se llama gaslighting, pero seguro ya lo sabías y viene de encandilar con una luz brillante de gas.
Todas esas torturas te las hacen los narcisistas. De pronto, empezamos a desenmascarar a los narcisistas:
El papá que no te pide nada, pero que espera que dejes a tu pareja para ir a atenderlo a media noche.
El novio que te llena de regalos y de mensajes amorosos (o sea que hace lovebombing) y luego no te deja ver a nadie más.
El presidente que tiene la solución para todo y que dice que los que lo critican están equivocados, que son The failing New York Times, como decía Trump en su primer periodo, o una bola de adversarios.
¿Es una enfermedad el narcisismo?

¿Y dónde quedan los que andamos de moscas muertas haciéndole caso al narcisista?
Todo Narciso tiene su Eco, el personaje que lo obedece con la boca abierta.
Hay un Renfield para cada Drácula, un Bob Patiño para Krusty y un Trump para Elon y un Elon para Trump.
Usé de pretexto al narcisismo para platicar con Edilberto Peña de León, uno de mis psiquiatras favoritos. Él se puso todo profesional a explicar qué es eso y qué son los padecimientos de salud mental.
Se siguió y también me dijo que ya es hora de que nos informemos mejor para hablar del tema. Todavía pasa que el actor que representa a alguien con trastorno, padecimiento o condición se convierte en fuerte candidato al Óscar, por aquello del sensacionalismo y el espectáculo.
Escucha esta plática con Edilberto Peña de León, neuropsiquiatra experto en depresión, salud mental y neuromodulación, presidente de la Sociedad Mexicana de Neuromodulación, fundador y director del Centro de Investigaciones del Sistema Nervioso Central (CISNE) y al que puedes escuchar en su podcast Mente al cuadrado.
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