Cuánto perdemos cuando no hay oportunidades para todos
Bill Gates lo reconoce: tuvo mucha suerte de ser hombre y blanco en una sociedad que privilegia a los hombres blancos. ¿Podremos abrir oportunidades para más personas?
Bill Gates… Porque sí ubicas a Bill Gates, ¿verdad?
Bueno, te decía que Bill Gates fue uno de los principales impulsores de la revolución tecnológica del siglo XX que nos permitió a todos tener computadoras personales.
Gates está anunciando un libro nuevo, Source Code, de sus memorias desde la infancia hasta que fundó Microsoft.
Una reportera del Wall Street Journal, muy correcta, le pregunta cómo se les debería llamar al tipo de gente como él o su socio Paul Allen. ¿Tecnos? ¿Tecnológicos? (
Nerds, le contesta Bill Gates, ¿para qué inventar otra palabra?
Esta es mi colaboración con el programa de Sonia Serrano en NTR Radio, aquí puedes escucharla:
Gates dice que de ser niño ahora, lo habrían diagnosticado dentro del espectro autista, algo de lo que no se sabía mucho en su infancia.
Tuvo la suerte de que sus papás quisieran hacer algo por él. Era un niño extraño, no entendía muy bien las normas sociales y a sus papás les preocupaba que no fuera a encajar. Finalmente, le ayudaron a superar los obstáculos, primero con un terapeuta y luego mandándolo a una escuela que entendiera su pasión por las matemáticas y el pensamiento abstracto.
En uno de los capítulos del libro, Gates cuenta que a sus 13 años fue con unos compañeros a escalar montañas, en una zona muy peligrosa. Entre las nevadas y algunos accidentes, Bill Gates iba pensando en un código de computación.
De esa excursión tan pesada, algunos de sus amigos regresaron con callos, uno con la rodilla raspada y Gates con un código para programar una de las computadoras gigantescas que se usaban en su época. Por diferentes circunstancias, tuvo que llevar el código en su cabeza por tres años, porque en todo ese tiempo no hubo alguien que le prestara una computadora, así de difícil era conseguirlas en los años 70 del siglo pasado.
En cuanto pudo poner su código a trabajar, desató las fuerzas que lo llevarían a fundar Microsoft.
El mismo Gates dice que tuvo suerte. Suerte de tener unos papás que lo ayudaron a manejar el tema de su autismo. Y de nacer en el ultrarrico Estados Unidos y de ser hombre y blanco, en un lugar donde se privilegia a los hombres blancos. “Es imposible”, dice Gates, “exagerar el no ganado privilegio que disfruté”.
No es difícil entender que puede haber muchísimo talento por ahí escondido que no desarrolla su potencial porque tiene cientos de obstáculos enfrente. Las empresas y el gobierno pueden quitar algunos de esos obstáculos.
No es que vayamos a producir más Bill Gates, porque no se dan en maceta.
Pero imagínate este caso. Una persona talentosa, pero que tiene una discapacidad para caminar y vive en una colonia apartada, sin buen transporte público. Necesita que la empresa o la universidad que lo quieren contratar, o la ciudad o la sociedad, hagan algo para facilitarle el transporte a su lugar de empleo.
Y otro ejemplo. Nuestra sociedad no está impulsando lo suficiente la llegada de mujeres a trabajos bien pagados.
Piensa en las colonias alejadas y mal comunicadas que se dan en las ciudades de México. ¿Alguien se acuerda de algunas colonias de Tlajomulco, por ejemplo? Se convierten en trampas para las mujeres, que no pueden salir a trabajar por falta de seguridad, porque no existe buen transporte público ni un sistema de cuidados, porque la mayoría de las veces son ellas las que tienen que hacerse cargo de los viejos y los niños.

En Estados Unidos acaban de empezar una discusión absurda sobre la iniciativas de Diversidad, equidad e inclusión en las empresas.
El poderoso presidente del poderoso banco JP Morgan, Jamie Dimon, está siendo criticado por los accionistas, porque busca que en su empresa haya diversidad y se generen oportunidades parejas para personas que no tienen los mismos privilegios que gente como él o como Bill Gates.
Apenas puedo creer las campañas de estos grupos que están en contra de apoyar al talento que no viene de hombres blancos y ricos. Pero te sorprenderías de saber cuánta gente quiere que los privilegios se mantengan, usando argumentos de lo más racistas.
Donald Trump acaba de desaparecer las áreas de diversidad, equidad e inclusión del gobierno de Estados Unidos. Varias empresas están haciendo algo parecido.
En una sociedad con poco desarrollo tecnológico, lo más natural es que los más ricos no quieran que entren nuevas personas a su círculo reducido, porque buscan mantener sus privilegios y que no venga alguien a hacerles competencia.
Pero no debería ser el caso Estados Unidos. Si hay un lugar con desarrollo tecnológico es Estados Unidos. Sus empresas siempre se han beneficiado de aprovechar el talento, aunque no sea solo el de los hombres blancos.
En lugar de quedarnos solo a criticar a los gringos, nosotros también podríamos empezar a hacer un esfuerzo por incorporar más talento a nuestras universidades y empresas. Para que se desarrolle el talento de personas que no han tenido las oportunidades que tuvo Bill Gates.
No todos pueden ser Bill Gates, te digo que gente como él no se da en maceta. Pero sí podemos escuchar lo que Bill Gates dice entre líneas: también se puede aprovechar el talento de los que no son hombres blancos nacidos en una sociedad que privilegia a los hombres blancos.
Estoy de acuerdo con Don Robert en que los Gates no se dan en maceta, como tampoco los Benitos Juárez, pero creo que lo más preocupante no es que los blanquitos riquillos sean los beneficiados del sistema sino que el ejército de desplazados se integre por prietitos (como quien escribe esto), mujeres y minorías como las de la comunidad LGBTQ+. Yo que vengo de la universidad pública vi como a muchos de mis colegas los dejaban a un lado mientras las empresas contrataban a los de las privadas. Un mal endémico que nos va a costar mucho erradicar, y más con ejemplos tóxicos como los del Sr. Donald que, aunque nos duela, en México tiene sus seguidores.
Lo que está sucediendo en EU con las recientes iniciativas de Trump son pésimas noticias para quienes aspiramos a que haya mayor diversidad y equidad. Sus seguidores aprovecharán, me temo, para subirse a ese mismo barco y tratar de acabar con lo ganado hasta hoy. Ojalá haya suficiente oposición a ello.