Cuando la vida te trata mal
Aquí hay un librazo para que entendamos que a la vida nomás no se le entiende.
Admiras a un caballero, tanto, que quieres ser como él.
Pero resulta que el caballero no existe, que es solo una armadura reluciente que sigue al pie de la letra todas las reglas.
Entonces te enfrentas en una batalla, como parte de las tropas de Carlomagno, y alguien con gran destreza te ayuda a combatir al enemigo.
Vas a agradecerle y cuando te das cuenta de que tu nuevo amigo es una mujer, te enamoras perdidamente y quieres seguirla siempre.
Pero ella está prendida del caballero que ni siquiera existe.
Aparece un hombre que sí existe pero que no sabe qué es. Ve un árbol y empieza a dar peras, ve un pato y quiere nadar, en un pueblo lo conocen con un nombre y en el siguiente con otro. Lo creen cristiano y musulmán, lo persiguen y lo quieren.
La historia se va enredando cada vez más. El caballero inexistente está a punto de perder su título de caballero y entonces quedará todavía más hueco. Parece que el título se lo dieron por defender la virginidad de una dama, que no era virgen, porque aparece un supuesto hijo concebido antes de la defensa. Y según las reglas, si la defendida no es virgen, el defensor no se merece el título.
La historia de El caballero inexistente es la historia de la vida. Cuando crees que lo estás entendiendo todo, llegan las olas y te revuelcan.
Leí este libro cuando debía leerlo, o sea cerca de los 20 años. Y como debía suceder en ese momento, casi no le entendí nada.
Lo vuelvo a leer gracias a Alberto Chimal. Le pregunté si algún libro de literatura le había ayudado a resolver un conflicto personal y me contó que poco después de que murió su mamá, él caminaba desconcertado por Coyoacán y entró a una librería del jardín Centenario.
El caballero inexistente de Italo Calvino se le presentó con esa capacidad que tienen ciertos libros de brincar a nuestros ojos cuando los necesitamos.
Dice que el libro no parecía tener relación con lo que él estaba viviendo en ese momento, a sus 24 años, pero aún así, le sirvió para sobrellevar el duelo. Si quieres ver la entrevista completa con Chimal, pícale aquí.
Yo creo que El caballero inexistente tiene mucho más que aportar cuando la vida nos pone esas revolcadas.
“¿Oyes esas ranas? Todo lo que hacemos tiene tanto sentido y tanto orden como su croar, su saltar del agua a la orilla y de la orilla al agua…”
Italo Calvino, El caballero inexistente.
El caballero del título se llama Agilulfo, tiene nombre, pero no existe. Es en realidad una armadura vacía sin nada adentro, pero ese nada adentro se esfuerzo por cumplir todas las reglas, tanto que las personas reales no lo soportan, porque como buenas personas no pueden atenerse a las reglas, sino que viven (vivimos) en la improvisación.
Eso sí, el caballero inexistente no tendrá personalidad, pero sí mucho carácter. Tanto que el héroe principal, Rambaldo, termina por heredar su armadura.
Hay varios héroes en El caballero inexistente: Agilulfo; Rambaldo, el chavo que se enamora de la guerrera; Bradamante, la guerrera enamorada del caballero, inexistente; Torrismundo, que quiere encontrar a su madre y es hijo de los caballeros del Santo Grial y otros.
Todos ellos se dan cuenta que sus primeros objetivos estaban equivocados, por decirlo de alguna manera, y que al conseguir lo que creían que buscaban están apenas llegando al principio. ¿No me crees? Revisa tu vida, o lee el libro.
A mí también me cayó un libro de repente: Hidden Potential, de Adam Grant, el autor de Piénsalo otra vez. Habla de cómo el caracter es mucho más importante que la personalidad si se quiere crecer y alcanzar metas.
Dice Grant que si alguien quiere crecer, tiene que atreverse a tres cosas:
Abandonar los métodos de aprendizaje probados, salir de la zona de confort.
Subirse al ring antes de sentirse preparado por completo. Porque solo si empiezas ya podrás aprender.
Equivocarse más que lo que los demás intentan hacer cosas nuevas.
“Convertirse en una criatura de la incomodidad puede desencadenar el potencial escondido”
Adam Grant. Hidden Potential.
Los personajes de El caballero inexistente se ven obligados a desaprender lo que saben para poder aprender cosas nuevas. Vale como un ejemplo lo que el narrador dice sobre el amor:
“Así corre siempre el joven hacia la mujer; pero ¿de veras es el amor por ella lo que lo impulsa? ¿O es sobre todo amor por sí miismo, búsqueda de una certeza de ser que solo la mujer puede darle? Corre y se enamora el joven, inseguro de sí, feliz y desesperado , y para él la mujer es la que ciertamente existe, y solo ella puede darle esa prueba. Pero también la mujer es y no es; ahí frente a él, también temblorosa, insegura, ¿cómo es que el joven no la comprende? ¿Qué importa quién de los dos es el fuerte y quién el débil?”
No te preocupes, parece que Agilulfo, aunque no existe, podrá seguir siendo caballero. Pero tal vez elija dejar que otro ocupe la armadura inmaculada.
En fin, ¿la vida te está dando sorpresas y te revuelca cada vez que te descuidas? Pues a leer a Italo Calvino.
“El carácter no se puede desarrollar en la tranquilidad y la quietud. Solo a través de las pruebas y el sufrimiento se puede fortalecer el alma, aclarar la ambición, inspirar la ambición y alcanzar el éxito.”
Helen Keller, citada por Adam Grant.